Para muchas familias el combustible para mantener los coches es una de las partidas principales a la hora de cuadrar las cuentas a final de mes y tanto el estilo de conducción como el estado del vehículo pueden afectar decisivamente al consumo. Estos son algunos de los aspectos que influyen y que pueden ayudar a cuadrar vuestro presupuesto.
Modera tu velocidad y contendrás tu consumo: Parece una obviedad pero a más velocidad más consumo. Ten en cuenta que en la mayoría de los casos los coches están diseñados para circular a aproximadamente a 100 km/h. Cuanto más aumentamos la velocidad más aumenta el consumo. Además si calculas la diferencia entre circular a 100 o a 120 en tus trayectos habituales verás que normalmente apenas hay unos minutos de diferencia.
Evitar los cambios de ritmo. Cuando revolucionas tu motor incrementa el consumo. Por este motivo intenta mantener una velocidad constante reduciendo acelerones y frenazos.
Acelera de forma suave y progresiva cuando hay que ganar velocidad. No estamos en un gran premio de Fórmula 1 ni en una pista de despegue acelerar de manera paulatina, siempre que el tráfico lo permita, puede ayudarte a ahorrar.
Adelántate a las circunstancias del tráfico. Si desde el fondo de la calle percibes un gran atasco o un semáforo en rojo levanta el pie del acelerador y deja cae tu consumo. Recuerda, no estás en una contra-reloj.
Sobre todo en ciudad trata de conducir con la marcha más alta posible de manera que el motor vaya a bajas revoluciones.
No aceleres en exceso en las subidas. Cuando vas andando y subes una cuesta... ¿Corres? En el noventa por ciento de los casos esta respuesta es negativa porque nuestro corazón se dispara y nos fatigamos en exceso síntoma de que estamos realizando un mayor esfuerzo. Pues más o menos igual ocurre con nuestro coche en las cuestas, él no se fatiga pero ascendiendo aumenta la demanda de energía y por lo tanto el consumo.
Llevar el coche lo más vacío posible. Si eres de los que lleva la sombrilla en enero y las cadenas en agosto estas incrementando inútilmente tu consumo. El maletero no es el trastero, saca de él todo lo necesario y reduce tu consumo.
Revisa la presión de los neumáticos periódicamente. Si sois aficionados al ciclismo ya lo habréis notado y sino haced la prueba y pedalear sobre una bicicleta con las ruedas desinfladas. Con los neumáticos desinflados cuesta mucho más desplazarse ya que aumenta la superficie de contacto con la carretera.
El aire acondicionado también consume. Así que no conviertas tu coche en una nevera, trata de mantener una temperatura agradable sin excesos.
Evita los desplazamientos cortos. Arrancar el coche sólo para comprar el pan en la tienda de la esquina hará que tu consumo se dispare gracias a desplazamientos que puedes hacer perfectamente a pie.
Haced la prueba y nos contáis qué tal ha ido.